Escena cultural
contemporánea y discurso radiofónico
La
radio es el medio que está más al alcance de las personas, es pues por este
medio que los comunicadores y demás, utilizan la voz y los componentes sonoras
para establecer relación con las persona. Es por esto que se habla de una relación
entre el sonido y el tiempo, la palabra y el tiempo. Como es que influye la
puesta en voz de la radio en la construcción de la escena cultural dominante.
Como
es que se han ido formando las culturas, a través de las tradiciones orales,
representaciones sociales, elaboraciones cognitivas y patrones comunicativos,
recreados y reconocidos por su comunidad. Es pues el discurso radiofónico el
puente entre la interpretación poblacional y el locutor que trata de brindar la
pluralidad de lenguajes y discursos ideológicos que construyen un medio dinámico de pluridiscursividad.
La
palabra radiofónica constituye una realidad acústica- auditiva que recupera las
características de la cultura oral, la radio capta el testimonio y valor
expresivo de la voz humana. Es la comunicación del ser humano
exclusivamente a través de su voz, de su
entonación, ritmo expresivo, respiración. Por ello uno de los géneros periodísticos
con mayor fuerza y credibilidad en la radio es la entrevista, ya que se
reconoce la voz y la palabra del entrevistado.
Es
la inmediatez, instantaneidad y simultaneidad se contrastan en general por el
poder de sugestión de la palabra y el efecto de la cercanía. Es aquí conde la
radio afirma y confirma su rol dentro del sistema informativo y lo delimita
respecto de la prensa escrita actualizando marcos de referencia situacionales que
captan la atención del oyente manteniendo cerca del mundo humano vital, cerca de
la gente, siendo así lo que inicialmente se requería de la radio, siendo esto
lo que debería, y no hace, la radio hoy en día, siendo este trabajo la
principal fuente de opinión y relación de las comunidades hacia los locutores y
comunicadores.
Es
por ello que hay que considerar de manera especial aquellos géneros que
promueven una mayor participación de la
audiencia, a través de consultas a expertos, o participación directa de los oyentes
a partir de preguntas de parte de la producción, aportes de información o
entrada en debate respecto a un tema. Esto es importante pues genera un
contacto, a través de la participación, entre el sujeto emisor de la comunicación
y determinado oyente, puesto que esta práctica es propia del debate público, incursionando
así en el “derecho a la expresión”, que mucho se ha perdido últimamente en nuestros
tiempos.
Es
por ello que los comunicadores deben expandir su palabra con modos de expresión
apropiados, ya que por la oralidad de las palabras es que la información a
veces se distorsiona o se mal interpreta. La palabra siempre está dirigida a
alguien, orientada hacia el exterior, hacia el otro. La palabra es acto ético,
se da en un marco de responsabilidad y se opone a la inaudibilidad que el exceso
de ruido con aparentes estrategias dialógicas provoca mientras impone una sola
voz como la voz legitima.
Entonces,
en concordancia a lo precisado, es de
vital importancia que el comunicador sepa como trasmitir mensajes, sepa cómo
hacer que la población opine, sepa como incentivar con palabras y entonaciones
de coz a que la gente capte el mensaje, no solo con simples lecturas que se
leen en cabina, sino con diálogos con los principales actores que nos interesan,
para que la gente escuche que lo que se trata de trasmitir proviene de fuentes fidedignas.
Hacer que el lenguaje sonoro, aunque invisible y sugerente, sea seductor, con
una presencia firme en el oyente, capaz de tejer historias bien estructuradas,
y que sea capaz de atraer cada vez mayor numero de audiencias que tengan confianza
en las radios y que tengan confianza en lo que escuchan.
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