LA CONSTRUCCIÓN DE
PODERES DESDE LA RADIO POPULARES: NUEVOS DESAFÍOS POLÍTICO-COMUNICATIVOS
Las radios populares a lo largo
de los años han representado una fuente de poder, pero un poder no como una
forma o actitud cristalizada de autoridad, sino como la capacidad
transformadora de la practica a través de la cual unos individuos o instituciones se convierten en sujetos, en
actores que buscan alterar el orden de lo que se considera injusto. Esto
ajustado a tres puntos primordiales y sobresalientes para poder captar el
verdadero poder de la radio en una dimensión ya más concreta: el poder saber, el poder hablar y el poder ser y
actuar colectivamente.
Las radios populares pocas veces confrontaron a los grandes
actores que tenían a la radio en sus poderes, bajo su opresión social y
política, pocas veces confrontaron
abiertamente los sistemas y las políticas educativas oficiales, y como
premio a eso fueron reconocidas como lugares de aprendizaje, de producción de
saberes propios y colectivos de diversas comunidades. Es entonces a raíz de
este reconocimiento que las radios populares se afirmaron como medios
informativos y poco a poco en abierta confrontación con los medios masivos
hegemónicos (solo en este caso).
Existen muchos casos de supresión
de las radios populares por querer hacer sentir su poder de habla universal,
radios suprimidas, acusadas de sublevación, traición, agitación, de ser
subversivas o conflictivas. Sin embargo
el poder hablar de las radios populares “como lo que se es”, represento una conquista.
Ya que se comenzó a tomar conciencia de importante que sería si las personas,
unidas codas en comunidad, alzaran su voz de protesta, para no sentirse más
excluidas. Para dejar sentir su voz de pueblo. Y es así que escuchando y
dejando hablar, las radios populares inauguraron una polifonía nueva, donde no habría más sometimiento, dominio,
fines de interés y deseos de esos poderes orgánicos que mandaban en las radios.
Las emisoras actúan como espacios
de mediación e interrelacionamiento, de encuentro y dialogo. Fueron muchas
veces instrumentos claves para el auge de movimientos y formas de lucha. Pero
también experimentaron dificultades al tratar de establecer acuerdos y
alianzas. Fueron parte de los cambiantes procesos políticos que animaban fuerzas revolucionarias,
demostrando su capacidad de intervención política desde el campo cultural, y
reconocieron la necesidad de competir en el mercado mediático, y con un
logro en particular: poner en cuestión
la división entre lo negado y excluido y los que niegan y excluyen; tratar de
cambiar el poder existente, cambiar las lógicas de poder a través de luchas
democráticas, insistiendo en la medida que la ciudadanía participe en las
practica y debates político-culturales actuales.
Pero no solo el estado es el que
no permite las expresiones populares, ni el derecho a comunicar de todos, sino
también los poderosos conglomerados de medios a veces aliados al poder son los
que limitan el ejercicio ciudadano. Esto es lo que se impone a las radios
populares y que no dejan reconocer que la posibilidad de superación de la
ciudadanía es múltiple, heterogénea y sistemática.
La radio popular tiene múltiples
desafíos, necesita saber cuál es la información socialmente necesaria, sin caer
en la mediocridad de la información social, ya que la radio es vista con la
posibilidad de ser utilizada como instrumento para generar conocimientos
pertinentes, y es como están afianzando su condición de verdaderas escuelas
educativas, con agregados de conocimientos alternativos y calificados; las
radios son la relación comunicativa, un habla que demanda la escucha, palabras
y sonidos que se lanzan buscando atención , respuesta, deseos, opiniones etc.
Las radios populares deben ser
fuentes de archivos de datos, de memoria viva de las luchas, de amplificador de
los niveles regionales, nacionales e incluso internacionales de propuestas,
demandas y protestas; provocando así acercamientos con fines comunes con otros
pueblos, crear convergencias y parentescos. Ya que estas radios entienden la
comunicación de otra manera, su expresión es la búsqueda de otro modelo de
sociedad, distinto al que tenemos hoy. Este tipo de radio rompe con los procesos comunes de hacer radio, trabajo
radial de hoy que no hace más que envolver el pensamiento de las
personas y pueblos en un conglomerado sin vos ni voto, radios de hoy que no
hacen más que apoyar fines comunes, pero de los que manejan los poderes a
cuestas de la corrupción (o bajo algún esquema empresarial). Este nuevo tipo de
hacer radio debe de ser libre, dándole a la gente opciones de información, propiciando la inclusión e incentivando con,
con nuevos contenidos, a la creatividad.
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